Llorar por eso. Por esa tontería. Llorar, llorar, llorar. Creer perderla, TEMER perderla Nunca iba a perderla.
De algo sí estaba seguro, ella también lo amaría, para siempre. Y sin embargo lloró. Había algo más a lo que temía: que lo remplazaran.
Nada es imposible, se dijo a si mismo. Y rompió a llorar otra vez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario